Insectos al Gratén: 3D print en el consumo de otras fuentes de proteína

Prototipos de las geometrías en 3D Print, de la comida de insectos.

Son indudables los beneficios de comer insectos. Aunque para muchas personas puede resultar todavía un tanto extraño, hay gente que solamente capaces de comer bichos en casos extremos de hambre y necesidad. El consumo de insectos es mucho más conocido de lo que pensamos. Cerca de dos billones de personas en todo el mundo consumen insectos de forma habitual como parte de su dieta alimenticia. Habitantes en casi toda Asia y África, pero se consumen a menudo en sitios como México, donde las Mayas ya comían y de donde son muy conocidos los saltamontes (chapulines) de Oaxaca. El 1885, el entomólogo británico Vincent M. Holt fue rechazado por representantes de la cocina victoriana cuando publicó el manifiesto Why not eat insects? (¿Por qué no comer insectos?), donde proponía el uso de insectos en la complementación de la dieta de los trabajadores.

En 2012 publicamos ENTO, un trabajo realizado en el Máster Innovation Design Engineering en el Royal College of Art | Imperial College London, en Londres. Allí, la diseñadora mexicana Julene Aguirre Bielschowsky, junto a sus compañeros Jacky Chung, Aran Dasan y Jon Fraser, proponían el uso del diseño para hacer de esta práctica de comer insectos una vía para convertirse en costumbre.

Ese mismo año, se presentó en la Science Gallery en la ciudad de Dublín en Irlanda, el proyecto Insects Au Gratin que buscaba nuevas formas para el consumo de insectos y se sumaba al debate sobre los aspectos nutritivos y ambientales de los insectos como alimento humano. Insects Au Gratin fue un trabajo de la diseñadora portuguesa Susana Soares, el Bio-científico de Alimentos Dr. Kenneth Spears (London South Bank University), el especialista en 3D Dr. Peter Walters (University of West of England, Centre for Fine Print Research), Pestival y la oficina de Penélope Kupfer Steak Studio.

Para Susana Soares, «uno de los aspectos que disuade a la gente de comer insectos, no sólo tiene que ver con los antecedentes culturales, sino también con la estética de los mismos platos».

Los insectos comestibles son secados y molidos en polvo. La harina de insectos se mezcla con mantequilla congelada, queso crema o agua, agente gelificante y aromatizantes para formar la consistencia adecuada que permita pasar por la boquilla de la impresora. Las formas y geometrías utilizadas para hacer estas ‘galletas de grillos’, ayudan a minimizar el impacto, en el imaginario de la gente, de comer de insectos.

El hábito de consumir insectos es conocido como entomofagia (entomophagy). Para muchos especialistas en alimentación la ingesta de insectos cubriría de forma óptima las cantidades requeridas de calorías y aminoácidos que necesitamos a diario. Aunque es muy conocida esta práctica alimenticia, especialmente por sus bondades económicas, nutritivas, además de sus valores de sostenibilidad, el diseño puede ayudar en la carrera por la producción de la proteína en todo el mundo, una guerra dominada por otras especies de animales.

Para los interesados en temas de insectos para comer pueden visitar el sitio Girl Meets Bug. Edible Insects: the Eco-Logical Alternative de la conocida entomofagista y blogger Daniella Martin. De allí sacamos esta infografía que da una panorama sobre los insectos como fuente de proteína.

Texto de Adam Frost y Diseño de Paulo Estriga para The Guardian.

Información

Susana Soares
www.susanasoares.com

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