Profesión: Diseñador Industrial en Venezuela, 10 años atrás

Mobiliario para niños, 90’s. Cristian Oporto. Desarrollo: Fundación Instituto de Ingeniería. [ foto: Jorge Andrés Castillo ]

Solamente algunas discusiones en torno al diseño realmente disparan el interés para la participación. Buena parte del resto únicamente producen Déjà vu. Nada mejor que revisar lo que pudimos poner en blanco y negro hace una década. Este artículo, con el título Profesión: Diseñador Industrial, fue publicado en la Revista venezolana Logotipos en Octubre 2003. Aquí lo compartimos sin ninguna edición:

«El diseño es una actividad creadora que consiste en determinar las propiedades formales de los objetos (o de un sistema de objetos) una unidad coherente, tanto desde el punto de vista del productor como desde el consumidor».

Definición de Diseño Industrial propuesta por Tomás Maldonado y adoptada por WDO (antiguo ICSID).

Las disciplinas conectadas con el desarrollo de productos industriales han estado, de alguna manera, vinculadas al desarrollo de la actividad del diseñador industrial. En algunos países inclusive se considera al diseñador industrial al profesional que logra hacer los puentes hacia todas las disciplinas, con el fin de visualizar el desarrollo integral del producto. El manejo de la forma por parte de estos profesionales posibilita que los proyectos mantengan una correlación lógica entre la forma y la función. Según los diseñadores industriales de la UFDI (Unión Francesa de Diseñadores Industriales), reseñada por Danielle Quarante (1992): «La profesión de creador industrial tiene como vocación, después de un exhaustivo análisis tecnológico, económico y estético, la creación de formas, materiales, colores y estructuras que permitan mejorar todos los aspectos del entorno humano condicionados por la producción industrial, y puede tratarse: de creación (o diseño) de productos, de creación (o diseño) gráfico, de creación de entornos o de ambientes visuales».

La formación de un diseñador industrial está ligada a los aspectos formales del producto, a su configuración física, a su correlación de partes, a los aspectos estéticos y funcionales que se desprenden del objeto material y/o virtual y en especial a las complejidades que surgen de la relación entre artefactos y personas. Esta formación se evidencia en el carácter proyectual de la carrera. En ese sentido, las disciplinas de diseño como la comunicación visual y el diseño industrial tienen una relación directa con la arquitectura. Son carreras que tienen como hilo conductor de todo el programa: el proyecto, el taller de diseño. A diferencia de lo que sucede con las ingenierías donde la columna vertebral está orientada a las herramientas de cálculo.

En Venezuela, la carrera de diseño industrial ha sido impartida desde hace más de 20 años por instituciones privadas y con orientaciones muy particulares, poniendo en el mercado diseñadores que portan una titulación a nivel técnico. Esto es, formación de tres años. Hay que celebrar, en especial este año, el grado de un grupo de diseñadores de la Escuela de Diseño Industrial de la Universidad de los Andes (ULA). Por primera vez la academia pone en el mercado de trabajo a licenciados en el área. Las discusiones relacionadas con los tiempos necesarios para la formación de profesionales han quedado finalmente, y así lo esperamos, centrada en los contenidos que necesariamente conformarán una masa crítica, universitaria.

Sería injusto decir que todas las generaciones de diseñadores venezolanos sufren del mal de portar un título de nivel medio. En Italia por ejemplo, reconocidos institutos como la Scuola Politécnica de Milán, Domus Academy y el Instituto Europeo de Diseño imparten cursos de diseño industrial de tres años, no habían universidades impartiendo licenciaturas en esta área.

Estas instituciones ponen en la calle a miles de profesionales reconocidos en todo el mundo. Por otra parte, en Latinoamérica, existe una acentuada proliferación de universidades que ofrecen diseño a nivel de licenciatura. En Brasil hay cerca de cuarenta universidades federales que ofrecen esta disciplina. La discusión, no menos importante y que ha sido planteada en muchas ocasiones, respecto de la necesidad de formar licenciados en diseño industrial en Venezuela, tiene finalmente un logro importante en la ULA.

Las escuelas de diseño en el mundo están orientadas a seguir distintos derroteros, construyendo así las diferentes tendencias que modelan el perfil profesional de los diseñadores. Podemos ver escuelas como el Institute of Design del Illinois Institute of Technology en Chicago con una marcada tendencia hacia el uso de nuevas tecnologías y hacia la solución de problemas complejos de diseño e ingeniería. Y vemos también escuelas nacidas dentro de facultades de arte con marcadas influencias hacia la plástica o en espacios de discusión de la arquitectura. En Venezuela, las escuelas reciben de igual manera estas influencias cuando vemos los cuadros docentes compuestos principalmente por ingenieros, arquitectos y artistas plásticos.

¿Que hacen los Diseñadores en Venezuela?

Las áreas de actuación de un diseñador industrial en el país han sido restringidas a algunas actividades que pueden ser fácilmente enumeradas y descritas en sus condiciones generales. El diseño de mobiliario representa quizás, y no solamente en Venezuela, uno de los principales sectores donde diseñadores han podido desarrollar productos. Pero también, profesionales de la arquitectura transitan por el diseño de mobiliario de una manera tangencial. Esto es, proyectos que están centrados en el diseño del objeto sin su proyección para la producción masiva. Por supuesto, trabajos como los del Arquitecto Emile Vestuti representan un importante aporte en el diseño de muebles de producción nacional.

Easy Rocket Chair, 1989. Emile Vestuti. Producción Casa Curuba. [ foto: Jorge Andrés Castillo ]

Así mismo, vemos profesionales resolviendo situaciones tridimensionales en el diseño de Stands de exhibición para ferias, diseño de empaques, proyectos de señalización, en la mayoría de los casos en conjunto con las empresas de publicidad. El diseñador-empresario ha sido también una de las posibilidades que tienen los profesionales venezolanos para ver sus productos en espacios comerciales. Esta actividad, difícil en otros países, ha permitido el desarrollo de talleres privados para el desarrollo de objetos. En algunas escuelas de ingeniería también se han tocado los temas relacionados con el diseño industrial como en los talleres de la USB y recientemente algunos proyectos que se desarrollan en la ingeniería de producción de la Ucab.

Estamos seguros que la formación técnica de diseñadores llena los espacios posibles dentro del complejo proceso de desarrollo de productos, pero inhabilita drásticamente a estos profesionales a su participación dentro de la toma de decisiones junto a especialistas de otras disciplinas. De esta manera, las competencias relacionadas con la forma o en las propuestas para el uso de ciertas tecnologías o materiales quedan en el dominio de otras áreas del conocimiento.

Toda esta situación nos pone en una de las grandes discusiones acerca de la necesidad de formar diseñadores industriales: ¿Se puede hacer diseño industrial en Venezuela? Con la exposición Detrás de las Cosas: El Diseño Industrial en Venezuela, de la que participamos en el año 95 en los espacios del Centro de Arte la Estancia, quedó claro que hay una gran playa para el desarrollo de productos en el país y que actualmente hay diseñadores capaces de desarrollar propuestas de diseño dentro de la industria y colocar productos comerciales en el mercado nacional. En esa oportunidad se pudo evidenciar una gran cantidad de profesionales involucrados en el diseño y fabricación de sistemas de iluminación, envases, accesorios para el baño, carcasas de sistemas eléctricos, etc.

Espacio central exposición Detrás de las Cosas: El Diseño Industrial en Venezuela. Centro de Arte la Estancia 1995.

Paradigmas del Diseño Industrial

¿Cómo hablar de modelos para el desarrollo de la disciplina sino se tiene un cuerpo teórico estructurado de conocimiento que sea capaz de ubicar de manera lógica y eficiente los paradigmas que, frente a los procesos de industrialización de las naciones, se han intentado montar en la formación, desarrollo y ejercicio profesional?

Discursos como el uso de tecnologías apropiadas o la regionalización del diseño han perturbado de manera inclemente el desarrollo de la disciplina, poniendo a los diseñadores industriales en los límites de la artesanía o en el terreno de los oficios. Esta insuficiencia teórica no ha permitido remontar el discurso del diseño industrial sobre las corrientes globales. No es posible que todavía encontremos en algunas discusiones conectadas con el tema, algunas tesis que simplemente desconocen las verdaderas implicaciones de sus argumentos.

De igual modo, esta carencia teórica no ha proporcionado las herramientas suficientes para discernir sobre el real papel del diseño industrial. El diseñador venezolano ha sido imposibilitado de entender las diferencias entre diseñar mobiliario de bambú o recurrir al diseño de piezas inyectadas en plástico. Para ambas situaciones, estamos seguros que los profesionales que hoy actúan en Venezuela están capacitados en sus aspectos manualísticos e instrumentales, en el oficio de realizar configuraciones formales, pero no en la posibilidad de ejecutar programas de diseño que conecten de manera eficiente todos los aspectos que se desprenden del desarrollo de productos industriales.

Otros conceptos aún más metodológicos que representan la formación fundamental de un diseñador industrial como son: ergonomía, semántica de productos, diseño de interfaces, biónica y otros; han quedado simplemente como materias marginales en los escuetos programas de algunas escuelas de diseño. En ninguna de esas cátedras se han realizado trabajos que realmente aporten conocimiento al desarrollo de la disciplina en el país.

Concepto Design for Assembly, Diseño para el Montaje, desarrollado por las empresas de automóviles para el reciclaje de piezas.

En los eventos relacionados con el diseño industrial, donde se ha querido hacer un vínculo importante con la industria y en los esfuerzos de promoción del diseño, el gran ausente ha sido siempre el Industrial. Así pues, hemos podido ver en los diferentes escenarios una constante asistencia de profesionales y estudiantes de diseño sedientos de algunas guías para su actuación profesional. Pero salvo escasas excepciones, la industria tiene grandes reservas para acercarse a los centros de enseñanza. De igual manera, en el estado venezolano no se han creado los espacios necesarios para la inserción del diseño en las políticas de desarrollo.

Bicicleta desarrollada en la India. Partes fabricadas con Bambú.

Las condiciones de la disciplina en Venezuela demandan una revisión exhaustiva de los modelos que deberán orientar el camino hacia una profesión estable. Necesitamos dimensionar, estructurar y desconectar todos aquellos paradigmas que han sometido a la actividad del diseño industrial a una especie de personalidad difusa: la artesanía como modelo para la creación, la invención como negación del desarrollo y el arte que visita al objeto. Se hace necesario revisar los problemas fundamentales de una sociedad en desarrollo como son la vivienda, la alimentación, la salud y la educación a la luz de los procesos tecnológicos, los nuevos materiales, los aspectos ecológicos y energéticos.

Información

Profesión: Diseñador Industrial
Publicado en la Revista Logotipos, octubre 2003.
Ignacio Urbina Polo
Caracas, Venezuela

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  1. Lock Yee dice:

    Vamos a echarle leña al fuego!… Sin estar en desacuerdo con ustedes, he evitado comentar anteriormente porque no sentía que aportaba algo, ultimamente me he sentido capaz de emitir juicios, mediados por la experiencia personal, mucho ensayo y muchísimos fracasos, estos son algunos puntos, que puedo comentar
    1. Falta de industria: y con ello también falta de visión estratégica para poder encontrar un nicho de trabajo, donde podamos transformar ideas en objetos y productos o servicios. Gran parte de la comunidad profesional se integra al sector mobiliario porque “esto es lo que hay”. A más de uno le gustaría integrarse a la industria plástica o automotriz pero las ofertas son contadas. Y la necesidad de sustentación económica, es latente.
    2. Falta de experiencia: como comentan anteriormente, salir de la academia y tratar de hacer “objetos” y comercializarlos, así como lo vemos en ferias internacionales (o internet) Es probable que estemos alimentando nuestra experiencia únicamente con el trabajo de otros diseñadores (y debemos entender que muchas veces no terminan de ser productos reales, sino productos mediáticos). Estamos “comprando” el producto de otro diseñador, alimentando el circulo. Creo que falta mucha experiencia generada desde la industria, aun ausente.
    3. La cadena de valor: Es difícil entender nuestra carrera como una herramienta para generar valor, es necesario “hacer tangible” el servicio que ofrecemos y a la vez conseguir un cliente que pueda apreciar ese aporte. ? Muchas veces, debido al perfil del cliente industrial de nuestro país (experimentado autodidacta y pragmático) No se encuentran las estrategias adecuadas para manifestar el aporte de diseño valorando la experiencia del cliente. Muchas veces nos quejamos de que nos contratan como digitalizadores o como “diseñadores de formas raras”… pero ¿realmente estamos ofreciendo más que eso, Y finalmente y debido a la rentabilidad nos dedicamos a hacer muebles personalizados, porque allí en la personalización no competimos con el producto importado, económico y duradero (en algunos casos) que nuestra economía no nos permite producir.
    4. Egocentrismo de diseñador: los diseñadores hacen cosas geniales en todo el mundo, somos los profesionales más “cool” que existen, y cuando fracasamos culpamos al entorno. A veces es necesario entender que dentro del desarrollo de un producto, influyen varias otras áreas, como el manejo de la producción, la administración, y sobre todo tener un modelo de negocio claro. El diseño debe engranarse con otros sectores, sino se queda en su burbuja.
    5. Encontrar un modelo de negocio: vender libros para diseñadores puede ser un negocio, hacer servicios de cortes y prototipo es otro negocio, renderizar, etc.. trabajar a la industria publicitaria, etc.. no quiero sonar mercantilista, pero eso es parte de nuestra profesión. Así sea para una ONG, debe existir una estructura medianamente delineada de la cadena que alimenta este proceso de trasformación de ideas en bienes, sea cual sea su beneficiario final. En ese modelo, se debe tener muy en cuenta el mercado potencial, ¿quién será nuestro cliente? ¿El estudiante, el colega, el industrial, el inversionista….el herrero, el reportero de la revista..?. Quizás por desconocimiento hemos estado explorando mercados muy cercanos a nuestro entorno inmediato y no nos hemos arriesgado a sectores más urgidos de atención.
    6. Falta de consolidación profesional: efectivamente estamos atrasados en la industrialización del país. Aún faltan muchos factores, humanos, económicos, políticos, etc.. metafóricamente así como nuestra Vinotinto de futbol no estaba preparada para un mundial, es triste asumirlo pero es necesario confrontarlo. No somos un país industrial y aún falta bastante. Diseñadores en ejercicio y productores que van logrando establecerse,con este panorama tan cambiante, son aventajados por ir logrando forjar bases y aprovechar el vaso medio lleno.

    Seguiremos “drenando” ..nuestro “granito de arena” jajaja

    Saludos, abrazos

  2. Sergio Alonso dice:

    Nacho! leo tu articulo y me parece increíble que nadie haya escrito aun nada, para confirmar que lo que expusiste hace 10 años sigue siendo igual o haya cambiado… sin pretender tener la razón, me atrevo a dar una breve opinión desde mi perspectiva de lo que pudo haber cambiado sobre nuestra profesión una década luego.
    Sin duda alguna el panorama diez años después ha cambiado en ciertos aspectos, empezando por el eslabón más débil del diseño industrial en Venezuela, si antes no aparecían empresarios en “eventos” hoy simplemente no existen muchos de ellos por las condiciones propias de la economía del país. Sin embargo existen otras diferencias que podemos considerar estimulantes, si bien es difícil producir en el país las empresas que han conseguido sobrevivir al caos económico y han confiando en invertir en diseño ya sea con diseñadores “inhouse” o servicios de consultoras de diseño, han visto sus beneficios en crecimiento o cambio de paradigma productivo y aunque pueda sonar egoísta por ser egresado y actualmente docente en esa casa de estudio, podemos decir que fue una acertada decisión la creación de la Licenciatura de Diseño Industrial de la Universidad de los Andes, que 10 años después de que lo mencionaras en tu artículo, está a punto de graduar la onceava cohorte de diseñadores industriales que han aportado al sector productivo venezolano… Aunque el pensum de estudio pueda tener sus debilidades, el hecho de poder estudiar 2 años más ha permitido profundizar en algunos aspectos que en otras instituciones no se tocaban y también ha permitido que el estudiante logre madurar, errar o acertar un tiempo más dentro de la academia, sin llegar hacer daño a una empresa. Por su puesto y como es normal en cualquier Universidad o Instituto no todos los egresados logran adquirir las destrezas para ser “atractivos” para el mercado empleador. Por otro lado algunos de estos egresados han logrado realizar estudios de cuarto nivel en el extranjero y ha podido alimentar con conocimientos “frescos de primer mundo” a lo que se hace en el país a nivel de diseño.

    Siguen siendo cierto el hecho de que mucho de lo que se hace en Venezuela gira en torno del mobiliario; una realidad muy común es el cliente que demanda muebles a medida ya sean para el sector comercial o para el hogar donde en algunos casos el valor del servicio de diseño no se pude desligar (presupuestar) del costo del producto fabricado. Otras empresas del sector del mueble han podido insertar en sus filas diseñadores (Licenciados o TSU) y han podido dar otra orientación a su producción gracias a una nueva visión aportada por estos profesionales, ya que en muchos casos anteriormente la responsabilidad del diseño recaía en la copia, en secretarias, ingenieros, o cualquier otro profesional no vinculado necesariamente con el diseño. La aparición masiva de tecnologías que funcionan por control numérico en el país, ha posibilitado la creación de otras lenguaje formal en los productos y ha acentuado la necesidad de un profesional del diseño que pueda diseñar, modelar en 3d y programar los archivos para que estas máquinas procesen los cortes de los materiales.

    El año pasado vimos en la muestra NoMateria presentada en el Museo de la Estampa y el Diseño, una panorama variopinto de productos, mucha iniciativa propia donde el diseñador es emprendedor, creador, mano de obra, vendedor y cualquier otra responsabilidad que salga en el proceso, pero también observamos productos diseñados por profesionales venezolanos y producidos en muchos a casos a nivel masivo en Venezuela o en otras latitudes; este último caso se está haciendo cada vez más real: Diseñar en el país y fabricar afuera, para traer el producto como “importado”. El control de cambio y los modificaciones en materia laboral en el país ha acentuado la dificultad de fabricar aquí, pero como el mercado venezolano sigue siendo atractivo, muchos de los empresarios están optando por este modelo que da más “seguridad” para las empresas.
    Para mi siguen faltando muchas cosas, como el estimulo del estado hacia la producción y el espaldarazo a nuestra profesión para que lo que se produzca aquí se diseñe aquí también. Sigue siendo necesaria la divulgación masiva de los beneficios del diseño industrial, divulgación orientada hacia los principales clientes: el sector productivo y el estado y por supuesto hacia el beneficiario final del diseño: la gente.

    No me alcanza el tiempo para añadir que nos falta a los diseñadores venezolanos para que hagamos crecer esta profesión, pero espero que alguien más aporte ideas a esta “discusión” y quizás en algunos tenga yo mismo otro chance para “drenar” sobre este tópico.