Química, electrónica y costura: los cambios en la Cultura del Estudio

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El Estudio de Diseño (Design Studio) como parte de una experiencia educativa tiene sus inicios en las Escuelas de Beaux Arts en Francia a partir de mediados del siglo XVI (Spruce, 2007), donde el ‘maestro’ recorría el taller mientras los discípulos aprendían. Walter Gropius, Director de la Bauhaus en la Alemania de 1919, insistía que la escuela debía ser absorbida por el ‘estudio’ y que la manera de enseñar diseño debería emerger de ese carácter. El modelo del estudio o el taller de diseño no ha desaparecido por completo. En muchas escuelas las disciplinas de proyecto, nucleares en las carreras de arquitectura y diseño, se dictan en espacios dedicados para esta práctica. El studio es también un salón de aula, pero opera fundamentalmente como una oficina de diseño.

Pratt Institute define el estudio de diseño, en su Studio Culture Policy–2010, como un modelo educativo único en el que una clase de 10 a 15 estudiantes produce soluciones de diseño para los problemas planteados por el profesor. En esta práctica del estudio el docente es más un facilitador de las ideas, en un ambiente de crítica en el trabajo individual y de grupo. Un práctica que más tarde será columna vertebral del ejercicio profesional.

Esta introducción sirve para una discusión mucho más profunda sobre los ‘ritos’ dentro del estudio en términos pedagógicos. Las mesas de trabajo, que hace 30 años comportan materiales de dibujo y herramientas livianas de medición o instrumentos de trabajo manual, posee computadores portátiles o máquinas de impresión 3D. Recientemente, mientras caminaba en los studios de los alumnos de 4to. año de la escuela en Pratt otras herramientas han aparecido en las estaciones de trabajo: objetos de una química liviana, componentes electrónicos para montajes de Arduino y máquinas de coser.

La joven empresaria y artista interactiva Ayah Bdeir, fundadora de la empresa LittleBits en Nueva York, promueve con este fantástico emprendimiento la poderosa idea de la “democratización de la electrónica”. Ella utiliza la expresión: “la electrónica como material”, que ayuda a los diseñadores a moverse en otras arenas y, además de impactar drásticamente en los procesos de diseño, crea un nuevo paisaje en las áreas de trabajo.

Aquí ya hemos utilizado esta frase cuando vemos proyectos con comida, en experiencias del Food Design, donde ‘el alimento es el material para el diseño’. La utilizamos cuando vimos los helados de paleta Hip*cicles de la diseñadora peruana Loreta Haaker, ex-alumna del Máster de Diseño Industrial de Pratt Institute. También, pensamos en la comida como material con los instrumentos hechos con frutas, verduras y componentes impresas en 3D diseñados por la china Jia Wu, en el proyecto Player’s pflute.

Lo mismo ocurre cuando los olores son el material para el diseño. Cuando el olfato  se convierte en el punto de contacto con los productos y el olor es el material. Gran cantidad de diseñadores en todo el mundo han incursionado en esta que ha sido poco visitada y desatendida área. En el texto Olfato: cuando el olor es el material del diseño, que escribimos recientemente, aparecen algunas de las direcciones posibles en el trabajo con este material.

Lo que durante mucho tiempo fue, especialmente en el diseño de mobiliario, la experimentación con juntas de madera o el conocimiento de componentes mecánicos y herrajes, para el trabajo con biomateriales lo que aparece hoy en las mesas de trabajo es una suerte de incipiente laboratorio de química.

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Calzado impreso en 3D con un bioplástico a base de algas desarrollado por el diseñador Aaron Nesser inicialmente para su Tesis en el Master of Industrial Design en Pratt Institute en 2017, en colaboración con la diseñadora Tessa Callaghan y el equipo de investigadores de AlgiKicks.

Lo mismo ocurre con el diseño de objetos que incluyen componentes de electrónica como sensores o lámparas LED. Los diseñadores han sumado al tradicional diseño de las carcasas (housing), la construcción de modelos de funcionamiento desde el código.

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Transformational Connections, 2013. Un proyecto de la diseñadora industrial colombiana Carolina Pabón-Escobar en su Tesis de MID Pratt. Un serie de lámparas que responden a los cambios de posición, desarrollada con sistemas programados en Arduino.

El creciente desarrollo de wearables es una prueba de como el diseño industrial se acerca de manera natural al conocimiento que se desprende del diseño de modas. Cuando los objetos se acercan al cuerpo y la electrónica es mucho más accesible, se revalorizan los asuntos de la moda y de la joyería.

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El manto reversible Mavari, desarrollado en 2014 por el diseñador industrial venezolano Juan Carlos Viso.

En el cruce del diseño con estas tres áreas (química, electrónica y moda) es casi obvio que los objetos terminen siendo artefactos híbridos. Lo que indica que la hibridación no puede ser ya parte del diagnóstico y si un resultado natural en la implementación de nuevos materiales y procesos.

Este fue el tema de trabajo del taller Hyper- Hybrid en el que participamos recientemente, donde estudiantes de 5 escuelas de reconocimiento internacional trabajaron durante una semana en el desarrollo de propuestas utilizando el concepto de productos híbridos. Propuestas que indagaban sobre el diálogo entre materiales tradicionales y técnicas de fabricación rápida.

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Hyper Hybrid: Design Schools Workshop 2017. Una experiencia organizada por Wanted Design en NYC.

Aunque para muchos el ‘hacer’ ha dejado de tener importancia y los ‘hacedores’ terminan siendo diseñadores de segunda categoría, para nosotros el contacto con los materiales y los procesos es clave en el diseño. Los diseñadores tienen que reconciliarse con las ideas del ‘hacer’, como parte del proceso de diseño y de la generación de conocimiento. Aquí es donde la cultura del estudio se reafirma. No solamente en la necesidad del fortalecimiento de los talleres de fabricación dentro de las escuelas de diseño, que en muchos casos han desaparecido, sino dentro de la experimentación de la tridimensionalidad.

Sobre este tema tenemos muchas más preguntas que respuestas. ¿Cuáles son las máquinas que se necesitan en el trabajo de diseño?. ¿Será que con el auge del Food Design, veremos en los próximos años pequeñas cocinas compartiendo espacio con sierras de corte de madera, dobladoras de metal y máquinas de vacuum forming?. ¿Cómo será la discusión de rol de los diseñadores cuando el contenido de estas áreas del conocimiento forman parte del procesos de diseño?.

Referencias

Anthony, K. Design Juries on Trial: The Renaissance of the Design Studio. Van Nostrand Reinhold, 1991.

Salama, Ashraf M. Spatial Design Education. New Directions for Pedagogy in Architecture and Beyond. Ashgate, 2015.

Spruce, J. Examining the Role of the Studio Environment within Design Education. International Conference on Engineering & Product Design Education, 2007. United Kingdom.

Studio Culture Policy–2010
Pratt Institute

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  1. CC dice:

    Estupendo texto y por una sencilla razón: está lleno de preguntas!!! Saludos! CC