Un relato sobre señalización: voy al 3, no encuentro, no identifico

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Recientemente visité un familiar en un reconocido y prestigioso centro de salud en Caracas. Se trata de una zona en la capital donde se ha generado un verdadero polo en la salud privada del país. Este centro, uno de los más grandes, funciona en una gran edificación que ha sufrido varias expansiones desde su construcción.

Es un verdadero alivio cuando el flujo vehicular, en la zona de estacionamientos, es considerada dentro de la propuesta de arquitectura. Esto minimiza la complejidad en los sistemas de señalización. Sin embargo, la edificación posee varios pisos de estacionamiento, por lo que lo más importante para una señalización que permita la fácil localización de los vehículos, sería una codificación de los niveles.

En las imágenes está la secuencia de las gráficas que aparecen desde que se estaciona el auto hasta ingresar al edificio por el ascensor. El subsistema de señalización de los estacionamientos, de los sótanos.

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Aparece dos cosas a primera vista. 1. La necesidad de una clasificación de los niveles pero expresada en varios códigos dentro del mismo sistema: E3 se refiere a estacionamiento 3; luego aparece la palabra NIVEL y finalmente, dentro del ascensor, esta clasificación se refiere a sótanos (s1, s2, s3, etc). 2. Otra cosa es la falta de integración visual de todo el sistema y en relación a la imagen completa de la institución. El descuido y desorden tipográfico, la instalación casi provisional y aleatoria y el manejo de la gráfica y los soportes son el producto de una edificación y una institución que lleva el mismo tipo de crecimiento.

El diseño de sistemas de señalización es un campo con muchas variantes. Hace algunos años, junto al equipo de trabajo con el que hemos diseñado e instalado varios sistemas, pensábamos especialmente en esa difícil tarea de llegar a un balance en relación a la presencia de las señales. Sobre todo aquellas donde su única función es la de guiar. Pensábamos que la mejor señal sería aquella que una vez cumplida su función, pudiera ser retirada y dejar el espacio libre de esa “muletilla” de movilidad. Esto pensando que si hay un aviso de “baño” en una puerta, podría suprimirse una vez que ya alguien conoce ese destino. Pero hay un flujo de personas que tienen contacto por primera vez con esos destinos. Ese es el balance.

Información

HUNT, W., Urban entertainment graphics, Nueva York: Madison Square Press, 1997.

COSTA, J., Señalética, Barcelona: Ediciones CEAC, 1989.

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