Analía Cervini: el arte de materializar visiones

Analía Cervini, llega al diseño industrial influenciada por un entorno que la acercó al mundo del pensar y del hacer, del pensar con las manos. Desde chica realizó talleres de arte y escritura, lo cual da cuenta de su temprana pasión por el ´lenguaje´ y el sentido que tienen las palabras que nombramos. La influencia de un tío arquitecto, el ejemplo de un padre enamorado de la ingeniería, la técnica y la construcción, un par de abuelas con habilidades manuales extraordinarias y una madre ´hacedora´, sirvieron de guía  para tomar la decisión sobre qué carrera seguir.

Llegado ese momento, hizo lo que muchos, tomó la Guía del Estudiante y se sumergió en ese ladrillo de papel cuyo fin es ponerle nombre a aquellas vocaciones que se encuentran en un estado de gestación. Una vez más, se manifestaba la importancia de ponerle nombre a esa pulsión creativa.  

Inmediatamente, fue cautivada por una de las frases de cabecera de ese libro: «los diseñadores industriales detectan problemas y proponen soluciones». Debemos aclarar que en ese momento, se pensaba al diseño industrial vinculado estrecha y exclusivamente a la producción de objetos (tangibles) y de manera industrial (en serie). Analía se encarga de explicar que allí comienza una de las primeras limitaciones que ponen de manifiesto la cuestión del lenguaje como edificador de valores y prácticas. Argumenta que en un escenario como el actual en el que tiene lugar la industria 4.0 y en el cual predomina la visión transversal del diseño, el término ´industrial´ se transforma en una especie de jaula semántica que lejos de singularizar y definir a nuestra profesión, limita su campo de acción. En ese sentido, y desde su rol en la gestión pública y como vicepresidenta de la Cámara Argentina de Diseño, opina que «muchas veces se comete el error de querer homogeneizar al diseño y en realidad, el diseño se caracteriza por la diversidad y no se puede simplificar. Si es diverso, deben generarse estructuras que nos representen colectivamente respetando esa diversidad»

Además, si bien Analía reconoce que «ama la industria y las plantas de producción en sus diversas escalas»,  afirma que no encuentra en el nombre de la disciplina una conceptualización de todo lo que abarca la carrera, las habilidades y las incumbencias posibles, afirma que el término ´industrial´ reduce mucho el campo de acción y que es materia digna de revisión.

Urban Station: Concebido como un espacio híbrido entre bar y oficina temporaria destinado a los trabajadores móviles. 

Parte de la complejidad de esta definición, dice Analía es que «los diseñadores podemos modelar productos desde distintos lugares». Lo ejemplifica contado una de sus primeras experiencias laborales en la cual se incorporó como diseñadora a un emprendimiento pequeño. Esa escala de proyecto le permitió tener una visión global de todas las áreas o sectores que debía llevar a cabo un emprendimiento y el equilibrio que debía existir entre dichas partes constitutivas para que la estrategia se cumpla de manera coherente.

Como buena docente, se sirve de una analogía para explicar esta dinámica:

«Una empresa es como una mesa. Una mesa tiene una superficie de apoyo que tiene que ser plana y estar en equilibrio. Cuando se crece en una de las patas sin tener en cuenta a las otras, esa condición de estabilidad se pierde y genera incomodidad». Con esto deja en claro que el crecimiento debe ser equilibrado y coordinado y deben evolucionar de manera conjunta todas las patas (áreas y actividades de la empresa).

«De esa experiencia aprendí que las propuestas de diseño que generaba dentro de la empresa, debían tener sentido y coherencia,  y aportar a esa búsqueda permanente de estabilidad» Esto reafirma una de las ideas centrales de la entrevistada cuyo lugar de enunciación es el diseño estratégico, y desde allí afirma que  «las soluciones que se proponen dentro de una organización deben ser coherentes con la temporalidad de la empresa, es decir,  con el pasado histórico de la misma, con su presente, y fundamentalmente con el futuro estratégico que se quiera construir».

Banco Galicia: Rediseño completo de su desarrollo de retail, junto a Darío Fischman y Juan Kayser. 

Construir lo que no existe: el arte de materializar visiones

Analía trabajó en el departamento de Creación de Escenarios Futuros de Philips Design. Allí conoció a Stefano Marzano (ex CEO de Philips Design) el cual le planteó la siguiente reflexión: «el futuro no cae del cielo, no lo provee la naturaleza, depende de lo que nosotros construimos  y somos responsables de eso».

Es por ello, que el concepto de diseño estratégico y la creación de escenarios futuros define este accionar del diseño enfocado en construir lo que no existe. En ese sentido se requiere una visión amplia del contexto para tomar una actitud propositiva y un posicionamiento frente a un diagnóstico determinado.

En este sentido, la entrevistada recupera a Richard Sennett y su planteo sobre la figura del artesano, comenta «los diseñadores necesitamos desarrollar una doble capacidad para poder diagnosticar una problemática y para proponer la alternativa a la misma. Se necesita el oficio del saber hacer del artesano. En palabras de Sennett:  

«Todo buen artesano mantiene un diálogo entre unas prácticas concretas y el pensamiento; este diálogo evoluciona hasta convertirse en hábitos, los que establecen a su vez un ritmo entre la solución y el descubrimiento de problemas. La conexión entre la mano y la cabeza se advierte en dominios aparentemente tan distintos como la albañilería, la cocina, el diseño de un patio de recreo o la ejecución musical al violonchelo, pero todas estas prácticas pueden fracasar o no desarrollarse plenamente. No hay nada inevitable en lo tocante a la adquisición de una habilidad, de la misma manera en que no hay nada irreflexivamente mecánico en torno a la técnica misma» (Sennet, p 12-13)

Analía sintetiza esta situación de incertidumbre en los momentos creativos  de manera muy clara «uno recurre a la experiencia propia para darse seguridad en cada instancia de vacío. Cada proyecto de innovación es hacer lo que nunca hiciste, pero como uno ya hizo cosas que no sabía, adquiere seguridad de que va a poder recorrer ese camino»

Se genera entonces, una especie de seguridad intuitiva en la que uno se convence que podrá analizar, clasificar y extraer sentido en aquellas situaciones problemáticas en las que operan los diseñadores.

Por su parte Analía comenta que «todas las elecciones profesionales que hago tienden a estar vinculadas a proyectos germinales y muy hacia adelante, a construir lo que no existe. No podría estar trabajando en el departamento de diseño de una empresa en un proyecto muy extenso, no va con mi personalidad»  y agrega que «gran parte de la carrera profesional es entender quién es uno, y qué es lo mejor que podes dar»

En relación a esto, Isabel Campi en su libro ¿ Qué es el Diseño? (2020) plantea que:  «Hay diseñadores multiterreno, es decir, que llevan a cabo una actividad más bien generalista, aunque también existen otros que se centran en una o dos áreas, o que están, sencillamente, especializados en un solo campo […] y agrega, […] es indudable que la sofisticada maquinaria industrial y comercial tiende a reclamar diseñadores cada vez más especializados, pero también es cierto que hay un cierto estado de opinión según el cual hay que mantener vivo al diseñador generalista si no queremos que el diseño pierda para siempre la actitud integradora y crítica que tuvieron los grandes pioneros. Los diseñadores muy especializados son necesarios porque conocen mejor que nadie su campo de trabajo, sobre todo desde el punto de vista técnico y empresarial, pero al mismo tiempo, los diseñadores generalistas tienen una visión más amplia de su actividad y son más adaptativos frente a situaciones del mercado de trabajo»

Esto reafirma la idea de que el diseño puede adquirir diversas manifestaciones profesionales, y provee herramientas y metodologías que los diseñadores pueden poner al servicio de diferentes problemáticas o inquietudes personales, que de algún modo están alineadas con los proyectos vitales individuales.

Libros publicados: Identidad estratégica (CMD, 2004) y  En torno al producto (CMD, 2005).

Consultoría en diseño

En el caso de Analía, decidió que el rumbo laboral estaría vinculado a la consultoría en Innovación basada en diseño de productos, servicios e interacciones.

«Los proyectos producen cambios más allá del diseño, se produce un cambio cultural en la empresa» El diseñador trabaja en la etapa de meta proyecto, en la cual no existe un brief sino que hay que crearlo y la función del diseñador consultor justamente es «llevarle inputs a la persona que nos contrata»

En su práctica profesional Analía aplica una metodología que involucra diversos momentos.

Como todo meta proyecto de diseño, comienza con una etapa de investigación. Es fundamental comprender el contexto y tener una sensibilidad que permita detectar las vibraciones subterráneas de las tendencias de evolución de un sector para luego  amplificarlas. Analía recuerda el consejo impartido por Hugo Kogan en su etapa de estudiante: «lean el diario». De algún modo resume la necesidad de estar informado y poder leer entrelíneas las noticias. En relación a esto, la entrevistada comenta:

«Lo primero es entender la cultura y las capacidades de la empresa tratando de respetar los recursos con los que cuenta y fundamentalmente comprender el sistema de toma de decisiones interno. Además es importante no imponer y que sea el diseñador el que se adapte a la empresa y no al revés»

Luego es importante plantear objetivos a corto y mediano plazo (3, 6, 12 meses por ejemplo)  y «es necesario involucrarlos, estimularlos,  y crear equipos, ya que aquellos empresarios que deciden innovar, deben ser conscientes de que van a sumar tareas nuevas a las ya existentes»

Por otro lado, «la función del consultor es llevarles imputs a los empresarios, sacarlos del día a día y de los problemas cotidianos de la empresa (clientes, proveedores, bancos, etc.)»

Para lograr eso es fundamental entender el mapa de actores, quienes están involucrados y las relaciones de poder entre los mismos, etc. «Es importante crear redes, ya que eso posibilita generar proyectos que exceden las capacidad individuales de cada nodo de dicha red», en otras palabras lo que se busca constantemente es sumar socios a los proyectos de diseño. «Esto me permitió hacer proyectos más grandes de los que podría haber hecho yo sola. Es algo así como ´jugar con las estructuras´ de otros».

Por último, Analía afirma que «cuando uno trabaja de consultor pone a disposición una serie de recursos y capital social propio que es muy valioso (proveedores, tecnologías, posibles socios»

El Escenario futuro de Analía

Actualmente Analía está desarrollando su tesis doctoral del Doctorado de Diseño de la FADU-UBA. Si bien afirma que esto era una materia pendiente en su vida, considera que el disparador que la llevó a embarcarse en este camino tuvo que ver con estar expuesta en uno de sus experiencias en el exterior, a los escenarios de hiperconsumo que ofrece hoy el mercado. Eso la llevó a repensar «el rol del diseñador como productor de sentido» y su implicancia en la generación de dichos escenarios.

Su tesis se titula Los laboratorio de I+D como espacios para la producción de valor y de sentido para escenarios futuros de producción y de consumo.

La idea de laboratorio justamente reafirma el hecho de que los espacios de innovación y transformación de escenarios a través del diseño, deben ser de experimentación, y afirma, «sin ir más lejos, el diseño industrial se enseña en talleres». Por otro lado, afirma que en la investigación en diseño falta casuística y su trabajo justamente estará enfocado en reflexionar y extraer estrategias de diversos casos de estudio propios de su experiencia laboral.  

Información

Total Tool
www.totaltool.com.ar

Bibliografía

Sennett, R., & Galmarini, M. A. (2009). El artesano. Barcelona: Anagrama.
Campi, I (2020). ¿Qué es el Diseño? Gustavo Gili

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